Donovan Carrillo ni siquiera había nacido la última vez que México tenía un patinador artístico compitiendo en los Juegos Olímpicos de Invierno. Después de la mejor actuación de su carrera el martes, que le permitió avanzar a la final este jueves, instantáneamente se convirtió en el patinador mexicano más exitoso de la historia.
Cuando Carrillo tenía 13 años, la única pista en Guadalajara cerró, y dejó a su familia para seguir entrenado a la ciudad de León con su entrenador.
Ahí entrenaba en una pista pequeña, en un centro comercial y compartía el hielo con niños y adolescentes. Rechazó ofertas para entrenar en Estados Unidos o Europa, prefiriendo quedarse en México. Es por eso que luchó para adaptarse a la pista olímpica mucho más grande en Beijing.
Pero ahora ya está listo para hacer historia. Las probabilidades de que gane una medalla no son buenas, pero eso no lo detendrá. Ya ha llegado más lejos que cualquier otro patinador mexicano, y todos estamos muy orgullosos de él.
Le deseamos que le vaya muy bien, ¡vamos México!