El legado de Jenni Rivera va más allá de su música

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LOS ANGELES (AP) — Jenni Rivera será recordada no sólo por su voz potente y sus apasionadas interpretaciones, sino también por su personalidad guerrera y la transparencia con la que manejó su éxito, desafíos, escándalos y desgracias familiares.

La estrella de la música regional mexicana nacida en el condado de Los Angeles falleció el domingo a los 43 años en un accidente aéreo en México, estando en la cima de su carrera musical, en pleno apogeo de su trabajo televisivo y comenzando como actriz en Hollywood.

Su más reciente álbum “Joyas prestadas”, con baladas de Juan Gabriel y Marco Antonio Solís, recibió elogios y premios y la ayudó a posicionarse en el género pop y la llamada Diva de la Banda, quien había dicho quería ser la Oprah Winfrey latina, protagonizaba el reality show bilingüe “I Love Jenni” en el canal por cable Mun2 en Estados Unidos mientras en México fungía como coach del programa de talento “La Voz… México”.

Ídolo de multitudes, pasó de la pobreza al estrellato prácticamente frente a los ojos de sus seguidores, hablando siempre sin tapujos sobre su éxito y sus tropiezos personales, enfrentando las críticas siempre con la frente en alto.

Rivera destacó en el género regional mexicano, dominado hasta su llegada por los hombres, logrando lo que pocos colegas del sexo opuesto pudieron: llenar el Staples Center de Los Angeles y el Auditorio Nacional de México.

En su carrera vendió más de 15 millones de copias de sus 12 producciones con grandes casas disqueras, de las que se destacan “Homenaje a las grandes”, “Mi vida loca”, “La Gran Señora” y “Joyas prestadas”.

El domingo por la madrugada, la llamada Diva de la Banda abordó una avioneta para trasladarse a la ciudad de Toluca tras ofrecer horas antes un concierto en la ciudad de Monterrey, al norte de México, y jamás llegó a su destino.

“Me siento tan bendecida en este momento. Dios siempre me tiene más y más cosas buenas”, expresó Rivera el domingo en una rueda de prensa después de su presentación en Monterrey. “Soy mujer, como cualquier otra, quizá me suceden cosas más fuertes a mí, pero debo seguir adelante. Dios es muy bueno y no me suelta de la mano”, añadió, de acuerdo con información reproducida por la prensa local.

Janney Dolores Rivera Savedra, su verdadero nombre, nació el 2 de julio de 1969 en Los Angeles, y creció en Long Beach. Sus padres habían migrado de México a California y fundaron un sello discográfico que también lanzó a la fama a sus hermanos Lupillo y Juan Rivera en el ámbito grupero.

Aunque estudió Administración de Empresas y fue vendedora de bienes raíces, su pasión por la música fue una constante. Siempre contó con mucho orgullo que comenzó su carrera cantando en mercados de pulgas de Los Angeles y vendiendo sus casetes a los asistentes hispanos.

Rivera debutó formalmente en la escena musical en 1995 con el lanzamiento de su álbum “La Chacalosa”. Debido al éxito de su disco debut, la cantante grabó dos álbumes más de corte independiente: “Somos Rivera” y “Adiós a Selena”, con los que logró despuntar su carrera rápidamente.

A finales de la década de 1990, firmó un contrato con Sony Music y lanzó otros dos discos: “Si quieres verme llorar”, en el que se incluía su popular tema “Las malandrinas”, y “Reina de reinas”. Pero su fama realmente llegó cuando decidió unirse a las filas del sello Fonovisa, con el que hasta 2006 editó ocho álbumes.

Con su álbum “Parrandera, rebelde y atrevida”, de 2005, Rivera logró posicionarse como una de las mejores cantantes y compositoras del género grupero.

Su éxito, sin embargo, se debió en gran parte a la empatía que lograba con el público femenino, siendo tal que durante sus presentaciones muchas asistentes lloraban con ella y otras le arrojaban sostenes, motivadas por la lírica de temas como “Ovarios” y “Culpable o inocente”.

“Quizás sí se sienten liberadas y quieren ser muy ellas”, dijo Rivera en una rueda de prensa en agosto de 2011, a unas semanas de su presentación en el Staples Center de Los Ángeles. “No se los tomo a mal, para nada. Me gusta verlas muy serias primero y después al lado con su pareja ya cuando están descompuestas y ellos sólo las aguantan”, agregó.

Era tal el liderazgo del que gozaba Rivera entre el público femenino, que un año antes la artista fue invitada para participar en el festival musical Lilith Fair de la canadiense Sarah McLachlan para abogar por los derechos de las mujeres. En aquella ocasión compartió escenario con importantes cantautoras del pop y el rock como Cat Power, Suzanne Vega, Sheryl Crow, Gossip, y la propia McLachlan.

En 2002 consiguió su primera nominación al Latin Grammy, al mejor álbum banda por “Se las voy a dar a otro”. Y en 2008 y 2011 fue nuevamente postulada en las categorías de mejor álbum ranchero y mejor álbum del año por “La Diva en vivo” y “La gran señora en vivo”, respectivamente.

Su inquietud por desarrollarse en diferentes actividades, y su admiración por la popular conductora estadounidense Oprah Winfrey, la llevaron a incursionar en la televisión como protagonista de los reality shows “Jenni Rivera Presents: Chiquis & Raq-C” y “I Love Jenni”, que la muestra como una mujer latina que tiene que esforzarse en el trabajo para sacar adelante a sus hijos.

Su lado empresarial también afloró con el lanzamiento de su línea de cosméticos, que incluía un perfume con su nombre.

“Soy muy igual a mi público, a mis fanáticos”, dijo Rivera en una entrevista con The Associated Press realizada en marzo pasado. “(Nuestros seguidores) se pueden identificar con nosotros porque somos tan similares”.

Rivera protagonizó algunos episodios desafortunados en su vida, uno de ellos ocurrido en mayo de 2011 cuando su hermano Juan agredió físicamente a una persona en una feria en Abasolo, Guanajuato, luego que la cantante fue agredida verbalmente por el admirador, quien estaba ebrio.

Luego que sus admiradores la criticaran en redes sociales y medios de comunicación, la intérprete se disculpó públicamente días después, durante un concierto en el Auditorio Nacional de la capital mexicana.

“Gracias por aceptarme como soy, con mis virtudes y defectos, culpable o inocente”, dijo tras hacer referencia a su canción “Culpable o inocente”.

Otro episodio se dio en 2009, cuando fue detenida en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con más de 50.000 dólares en efectivo, que no había declarado a las autoridades mexicanas. Rivera aseguró en un comunicado que la suma era producto de su trabajo en la música y era dinero lícito.

Tras pagar una multa de 11.000 pesos (unos 850 dólares) las autoridades le dictaron libertad provisional, por lo que pudo continuar con sus actividades de manera normal aunque tenía que reportarse ante ellas.

A los 41 años, en 2008, Rivera protagonizó un escándalo más al salir a la luz un video en el que aparecía teniendo relaciones sexuales con un novio.

“Esta dolió mucho”, dijo Rivera en una entrevista en noviembre de ese mismo año con Telemundo. “Me tuve que quitar los raspones porque es algo muy personal, me entiendes, porque yo no quería que ustedes supieran eso de mí”.

La Diva de la Banda se volvió imán de los programas sensacionalistas años antes, cuando acusó a su ex marido y padre de sus tres hijos mayores, Trinidad Marín, de abusar sexualmente de su hermana y de una de sus hijas cuando éstas tenían 7 y 8 años, respectivamente.

Marín fue condenado a 31 años de cárcel en 2006 y Rivera creó la Fundación de Amor Jenni Rivera, para ayudar a víctimas de abuso sexual y doméstico.

La cantante fue madre soltera a los 15 años y en total tuvo cinco hijos – Jacky, Chiquis, Michael, Johnny Ángel y Jenicka- y dos nietos. Rivera siempre abogó por las mujeres, sobre todo las víctimas de violencia intrafamiliar, y se mostró orgullosa de ser latina y de sacar adelante a sus hijos por sí sola.

Rivera ganó recientemente los premios Billboard de la Música Mexicana a la artista femenina del año y al mejor álbum banda por “Joyas prestadas: Banda” y fue nominada a cinco Premios Lo Nuestro de la Música Latina en categorías que incluyen artista del año.

Hasta hace unos días, la estrella de la música grupera grababa la tercera temporada de “I Love Jenni”. También trabajó en la película “Filly Brown”, a la que fue invitada directamente por el actor Edward James Olmos para personificar a una madre drogadicta tras las rejas.

“El calibre de su actuación es de Oscar”, dijo a la AP Olmos, productor ejecutivo de la cinta dirigida por su hijo Michael D. Olmos junto con Youssef Delara. “Estuvo sencillamente fenomenal”.

El filme, dijo Olmos, podría llegar a las salas de cine en abril.

La cantante murió en la cima de su carrera musical, pero no de su vida personal. Recientemente se separó de su tercer marido, el ex lanzador de Grandes Ligas de origen mexicano Esteban Loaiza, y se encontraba en pleno proceso de divorcio. La pareja se casó en el 2010.

Sin dar detalles sobre los motivos, Rivera dijo que su divorcio de Loaiza no representaba un fracaso sino un paso más en su vida. “Es una experiencia que me deja la enseñanza para mejorar y salir adelante como siempre lo he hecho. Esta decisión es algo muy difícil para todos los involucrados por lo que les pido respeto y comprensión”, dijo la estrella de la música mexicana en un comunicado.

También estuvo casada con Juan López, quien fue acusado de tráfico de drogas y quien falleció a mediados de 2009.

El periodista de The Associated Press Isaac Garrido contribuyó con este despacho. La periodista Natalia Cano reportó desde México.

E.J. Támara está en Twitter como: https://www.twitter.com/EJTamara

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