Este martes 29 de noviembre, a las 19:30 horas, en el Monumento a la Revolución se proyectará la película “Una carta de amor” , dirigida por Miguel Zacarías El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) recuerda a “El Charro Cantor” , Jorge Negrete, en el centenario de su nacimiento, por lo que este día comienzan los festejos con la proyección de “Una carta de amor” , en el Monumento a la Revolución. Sobre Negrete se han tejido muchos mitos a lo largo de las décadas, entre ellos, que su verdadera pasión era la ópera de alto nivel, que era uno de los pocos cantantes que podía sostener un solo de voz por varios minutos. Además de que solía comer ajo antes de las escenas de amor para irritar a sus protagonistas, e incluso que planeaba sus agendas como secretario de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) , cual si se tratara de una operación militar. Lo cierto es que a 100 años de su natalicio, el legendario “Charro Cantor” continúa siendo una de las figuras más emblemáticas de la cultura mexicana, así como uno de los contados artistas cuyo legado musical, cinematográfico y social se renueva con cada generación. Nacido en Guanajuato el 30 de noviembre de 1911, Jorge Alberto Negrete Moreno fue hijo del militar David Negrete Fernández y de Emilia Moreno Anaya, quienes le inculcaron una educación clásica, rodeada de libros, música sinfónica y ópera, lo que despertaría su pasión por este último género. Este martes 29 de noviembre, a las 19:30 horas, en el Monumento a la Revolución se proyectará la película “Una carta de amor” , dirigida por Miguel Zacarías. Con este filme se da comienzo a los festejos preparados por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) , la Cineteca Nacional, la Fonoteca Nacional y el Auditorio Nacional para conmemorar los cien años de “El Charro Cantor”. Se cuenta que los pininos de Jorge Negrete en la música fueron durante las reuniones familiares, donde solía entonar canciones mexicanas. Por presiones de su padre fue inscrito en el Colegio Militar siendo adolescente, pero gracias al apoyo de su madre logró abandonar aquella carrera y comenzó a estudiar ópera a principios de la década de 1930. Gracias a las enseñanzas del profesor José Pierson, quien le confió algunos de sus secretos para expandir la voz y el registro sonoro, comenzó a realizar diversas presentaciones como cantante bajo el nombre de Alberto Moreno, ingresando al poco tiempo a los elencos de las radiodifusoras XERT y XEW. En los cafés bohemios del Centro Histórico y en las fiestas de la famosa radiodifusora conoció a Pedro Armendáriz, Antonio Badú, Emilio Tuero, Gonzalo Curiel y Manuel Esperón, entre otros, conformando un grupo unido que más que competir se solidarizaba. “Si a alguien le faltaba dinero o trabajo, siempre entraba en ayuda el compañero para informarnos de alguna presentación pagada en una fiesta o de audiciones” , recordaría Negrete años después, al frente de la Asociación Nacional de Actores Después de algunas desilusiones en el medio artístico mexicano, donde incluso fue abucheado en el teatro Lírico por cantar piezas de ópera no comerciales, Jorge Negrete emprendió el viaje hacia Estados Unidos, donde se presentó con un mediano éxito en la ciudad de Nueva York, haciendo dueto con Ramón Armengod. A su regreso a México y después de sortear una fuerte hepatitis, Negrete fue invitado a participar en la película “La madrina del diablo” , logrando una actuación memorable e iniciando con el pie derecho su carrera en el cine. Entre los productores mexicanos comenzó a correr el rumor de que existía un joven que además de actuar bien, interpretaba mejor que los cantantes más exitosos del momento. Esa mezcla de talentos fue su carta de presentación para participar en varios filmes como “Juntos, pero no revueltos” , “Caminos de ayer” , “Perjura” , “El cementerio de las águilas”Más tarde, después de un breve matrimonio con Elisa Christy, a quien conoció en el rodaje de “La Valentina” , fue contratado para protagonizar uno de sus filmes más exitosos “íAy Jalisco, no te rajes!” , en el que conoció a su segunda esposa Gloria Marín, con quien vivió a lo largo de una década, hasta que inició una relación con Elsa Aguirre cuando filmaron juntos “Lluvia roja”. A partir de entonces, Negrete logró la internacionalización, no sólo de su voz e imagen, sino de la cultura mexicana, dotando de una gran elegancia y gallardía a las tradiciones mexicanas y la idiosincrasia de nuestros compatriotas. Se cuenta que las películas de Jorge Negrete como charro eran vistas en Europa, Estados Unidos e incluso Asia, conquistando a un numeroso público. Los productores decidieron seguir explotando su veta de charro elegante y altivo en películas como “Así se quiere en Jalisco” , “Me he de comer esa tuna” , “Hasta que perdió Jalisco” , además de “El Peñón de las ánimas” , “Historia de un gran amor” , “Tierra de pasiones” , “El jorobado” , “Canaima” y “En tiempos de la inquisición”. Durante esas filmaciones, Negrete se dio cuenta de que muchos extras e incluso actores veteranos de gran talento no contaban con las mínimas prestaciones sociales en cuanto a seguro médico, planes de jubilación y retiro, entre otros. “¿Acaso el trabajo de actor no es como cualquier otro?” , se preguntaba el charro cantor en 1944, al ser nombrado secretario general de la ANDA, donde supo lo que era entrar al juego de la política y combinar su trabajo artístico con mítines, reuniones gremiales y hasta protestas. Tiempo después realizó algunas de sus películas más populares, alternando con Pedro Armendáriz, Pedro Infante y Luis Aguilar en “Los tres alegres compadres” , “Dos tipos de cuidado” y “Tal para cual” , respectivamente.
Su vida privada también se ventiló en público cuando se separó de Gloria Marín y las historias de infidelidades llegaron a las primeras planas, aspectos que se potenciaron poco después con su súbito matrimonio con la diva María Félix, con quien en principio tuvo una relación de profunda antipatía, según testigos que participaron en el rodaje de “El rapto” . Se cuenta que en los rodajes, Negrete comía cuatro dientes de ajo antes de las escenas de besos para hacer rabiar a “La Doña” , hasta el día en que se cruzaron en un pasillo cercano a los camerinos y él le robó un beso fuera de cámaras, añadiendo: “Así se trata a las muchachas caprichosas como usted” , frase que María Félix recordó como el cerillo que encendió la llama entre ambos. Sin embargo, aquella relación que culminó en boda, difundiéndose como el “Matrimonio del Siglo” en los principales diarios de México, duraría poco, pues ese mismo año, por complicaciones del hígado, Jorge Negrete falleció en un hospital de Estados Unidos