La llegada de la primavera supone un aumento de las horas de luz y, por lo tanto, de la secreción de vitamina D. La Universidad Médica de Graz (en Austria) realizó un estudio con 2299 sujetos que demostraba que aquellos hombres que tienen altas cantidades de vitamina D también presentan un mayor nivel en sangre de testosterona (la hormona sexual masculina por excelencia) y, en consecuencia, experimentan un incremento del lívido. A partir de marzo, los niveles de vitamina D ascienden, tras haber alcanzado sus niveles más bajos en el oscuro invierno.
Por otra parte, la exposición a la luz aumenta la secreción de endorfinas, tanto en hombres como en mujeres. Estos neuropéptidos alivian el estrés, levantan el ánimo y estimulan la respuesta sexual.
De hecho, la Asociación Estatal de los Profesionales de la Sexología (AEPS) de España asegura que las consultas sexológicas suelen aumentar a partir de la entrada oficial de la primavera, que este año se produce el 20 de marzo.