Un pequeño hámster de cuatro meses llamado Pitufo quedó inmovilizado y pegado en su jaula por ocho horas luego de tragarse un imán. Su dueña, Kate Meerch lo encontró colgando desde el borde de su metálica prisión doméstica y puedo liberarlo.
Resulta que el roedor se había tragado un imán que era parte de un muñeco de El Hombre Araña que había caído en la jaula. Por suerte la señora Meerch pudo identificar el problema y logró hacer que “Pitufo” vomite el imán. Y ordenó a sus hijos que no dejen sus
juguetes cerca del “hogar” del hámster, porque son peligrosos para el animalito.
El pobre bicho podría haber intentado tragarse algún objeto punzante, y la historia no hubiera sido la misma.
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