‘La cosa es mantenerse’

 

Ni la pobreza, ni el abandono ni el abuso sexual lo desanimaron. Tanta adversidad fue motor para convertir a Ricardo Sánchez ‘El Mandril’ en el locutor del momento

 

mandril t670x470Ricardo Sánchez no se olvida de aquella tarde, hace unos diez años. El día estaba helado, él vestía pantalones cortos y no llevaba puestos calcetines. Estaba solo sobre el bulevar Avalon en la ciudad de Wilmington viendo pasar un desfile navideño, triste porque con su sueldo de 500 dólares a la quincena aún no podía traer a su familia de Ensenada.
“Yo ya trabajaba en la radio, pero de 4 de la madrugada a 6 de la tarde, y ese día lloraba y lloraba pensando: ‘¿Cómo no están mis hijos aquí?’. Hoy me gusta recordar esa anécdota, porque tres años después fui el mariscal de ese desfile, ganaba diez veces más y ya estaba con mi familia completa”, comenta Sánchez, mejor conocido como ‘El Mandril’.
Por más motivadora que resulte dicha experiencia, a estas alturas no es más que un buen escalón en su carrera. Hace unos días se anunció que, por tercer mes consecutivo, “El vacilón del Mandril”, el programa matutino que conduce en la 97.9 FM La Raza, salió número uno en sintonía entre las emisoras FM hispanas de Los Ángeles, lugar que alguna vez ocuparon Renán Almendárez ‘El Cucuy’ y Eddie Sotelo ‘El Piolín’, respectivamente.
Inmensamente feliz por el logro, Sánchez recibe a ¡BRAVO! en su cabina y atribuye este liderazgo al trabajo que hacen él y su equipo de lunes a viernes. Son las 9 de la mañana y mientras la transmisión está en comerciales, aprovecha para presentar a cada uno de sus colegas. Nos enseña “el baño”, un retrete plagado de firmas de artistas que la producción ha puesto en una esquina, y luego se disculpa, porque debe atender la llamada de un oyente.
Minutos después bajamos a su oficina. Llama la atención la repisa de regalos que guarda de sus seguidores, pero más que eso, destacan cuatro fotografías que tiene enmarcadas sobre una pared. Sánchez señala una foto en la que sale de pie y, con evidente orgullo, dice: “Ese soy yo, cuando trabajaba como pintor”.
En aquella época, Sánchez tenía unos 25 años de edad y ya tenía tres hijos. Vivía en Ensenada, a donde se mudó por amor. Ahí también trabajó barriendo en una escuela, donde un padre de familia le ofreció trabajo de limpieza en su emisora radial.
Con el tiempo, Sánchez pasó a ser conserje de dicha radio y luego pasó a vender publicidad en su bicicleta, ‘La Toluca’, apodo que le puso a Yesenia González, la única mujer en su equipo.
La repentina enfermedad de un locutor le dio la oportunidad de sentarse tras el micrófono por primera vez, y el resto es historia.
Años difíciles
Basta escucharlo cada mañana en la radio y tener una conversación íntima y lejos del vacilón para notar que Sánchez tiene una vida plena, estado opuesto a su niñez y adolescencia.
Nació en Veracruz como el último de cinco hijos y cuatro hijas. Su padre los abandonó cuando tenía 2 años y él se mudó, con su madre y sus hermanos, al Distrito Federal.

Le preguntamos si alguna vez recuperó el contacto con su padre y responde que lo vio unas cinco veces más.
“Y siempre fue para verlo llorar, como que estaba arrepentido. No recuerdo ningún momento en el que tú digas que me enseñó a decir mis primeras palabras o esas cosas. Él falleció el 11 de noviembre de 1978 y no me olvido de esa fecha, porque ese mismo día la muchacha que hacía los quehaceres en mi casa me violó. Mi mamá y mis hermanos se fueron al velorio de mi papá y mi mamá no quiso que yo fuera porque era el más chico; me dejó encargado con la señora de la casa y esa muchacha me violó. Me dijo que si yo sabía cómo nacían los niños…y me hizo cosas. Luego con el tiempo me entero que a los cinco hermanos se los comió; hizo lo mismo con todos. Afortunadamente no me traumó…Será que es distinto cuando el abuso hacia un niño viene de una mujer y no de un hombre.
Hablas con tanta naturalidad…
Pues ya estamos curados; uno viene de tantas cosas. Yo me acosté con muchas viejitas, pero por necesidad. Tenía 16 años y otros dos amigos de la escuela también lo hacían; cada quien tenía sus carencias. Teníamos relaciones [sexuales] con viejitas de 60 y hasta 70 años. Yo llegaba a esa esquina y sabía que tendría dinero.
Ni sabías que eso era prostitución…
No tenía idea de nada. Y esas mismas personas nos llevaban con otras amigas, hasta que un día me comenzó a doler mi columna vertebral. El doctor me dijo que tenía un serio problema porque no estaba dejando desarrollar mi organismo como debía, estaba abusando de él y fue ahí donde me alejé de todo eso.
¿Qué buscas al compartir tus experiencias?
Si le sirve a alguien para que no le pase lo que a mí me pasó, adelante.
Sánchez, de 46 años de edad, comenta que su tiempo en la radio lo ha expuesto a un sinnúmero de dramas personales que le han enseñado varias lecciones, como ser un buen padre para sus cinco hijos, cuatro de su actual esposa.
Saber que su voz se escucha en 25 estaciones en todo el país le causa gran satisfacción, pero también lo siente como una inmensa responsabilidad.
“Hoy no me va mal, me he ganado mi sueldo, me siento bien. Pero por otro lado, es muy feo tener el privilegio de estar en el primer lugar”, comenta.
“Es una gran carga y, además, el problema en el que te ves inmiscuido con las envidias… la competencia diciendo que yo manejo los ratings, que tengo gente comprada… Cuando ellos estuvieron arriba, ¿quién los investigó?”, pregunta.
“Al final todo lo que sube, baja. Hoy estoy en el primer lugar, pero no será eterno:m afirma.
“El mundo cambia y ahora estamos primeros gracias al equipo de gente que hay. Al final la cosa no es llegar, sino mantenerse”.

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