Un empleado de una pequeña tienda de comida, en California, puede sentirse agradecido de sobrevivir a un disparo, todo gracias a que tenía la cartera en el bolsillo. Por suerte la bala quedo incrustada en dicha cartera, impidiendo que este le causara un daño mayor.
Tres atracadores entraron en la tienda y obligaron a darles todo el dinero. Uno los empleados opuso resistencia y forcejeo con uno de ellos y este le disparo. La fortuna quiso que el proyectil se le quedase incrustado en la cartera que llevaba en uno de sus bolsillos.
El empleado solo sufrió algunos moretones. La policía detuvo dos de los tres atracadores, acusados de intento de asesinato y atraco a mano armada.
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