Josué Padilla Calderón de 21 años disparó contra su compañero, Wilmer Antonio Urquía Sanes de 30 años, cuando éste supuestamente lo llamó “maricón” y sin pensarlo dos veces lo atacó con su arma, una escopeta calibre 22, llevándolo a la muerte.
El hecho se registró a inmediaciones de la residencial Campisa de San Pedro Sula, ciudad de Honduras, cuando los guardias conversaban amenamente y se escuchó de repente un par de disparos. Urquía Sanes recibió un disparo en el abdomen que lo dejó mortalmente herido, pues aunque fue trasladado al hospital Mario Catarino Rivas, no logró sobrevivir debido a la gravedad de las lesiones.
Las autoridades de la Policía informaron que Calderón, autor del crimen, se entregó a los agentes que lo solicitaron sin oponer ninguna resistencia. El implicado aseguró que él le repitió en varias ocasiones a la víctima que no lo llamara maricón, pero éste se molestó y hasta intentó agredirlo con un cuchillo, por lo que no tuvo más remedio que defenderse
disparándole.