Una camarera cansada de pasar apuros económicos decidió mejorar su situación como empresaria y creó un negocio que ofrece sirvientas desnudas en una ciudad muy conservadora de Texas.
La Policía dijo que evitará que las empleadas brinden servicios sexuales, mientras el negocio carezca del permiso respectivo.
El sargento Jonathan Stewart, de la ciudad de Lubbock, informó que la propietaria de Fantasy Maid Service (Servicio de Sirvientas de Fantasía) no tiene permiso como negocio de fines sexuales. Los agentes, dijo, estarán atentos a cualquier infracción, que conllevaría una multa de 2.000 dólares.
La joven propietaria, Melissa Borrett, insiste en que su negocio no tiene esa naturaleza. Los clientes pueden pagar 100 dólares por hora si quieren una empleada o 150 dólares la hora por dos, pero aclaró que no está permitido tocarlas.
“Dirijo un servicio de sirvientas”, reiteró la empresaria, de 26 años. “Solamente limpiamos casas. Esas chicas no son actrices. Son sirvientas”.
Borrett, que es madre y oriunda de Texas, explicó que abrió la empresa hace casi un mes porque tenía problemas económicos como camarera. Incluso había estado viviendo en un campamento del grupo Ocupemos cerca del recinto de la Universidad Tecnológica
de Texas en Lubbock.
La empresa de Borrett es parecida a otras en la ciudad, pero el reglamento local exige un permiso a los negocios con servicios sexuales, el cual cuesta 650 dólares al año y la
presentación de una carta de crédito por 5.000 dólares.
Stewart se abstuvo de aclarar cómo vigilaría la Policía el servicio ofrecido por Borrett, pero la empresaria anticipó que contratará a un abogado para impugnar cualquier intento
de las autoridades por cerrar su negocio.
Tras afirmar que su negocio va bien, dijo que está ocupada entrevistando a aspirantes. Por ahora, tiene tres trabajadoras.
Borrett ofrece un descuento a burócratas y policías y durante el fin de semana de la Pascua
ofreció un descuento de 20%.
También indicó que sus chicas pueden hacer la limpieza vestidas, pero por el mismo precio. “Es algo caro, pero somos sirvientas de fantasía”, dijo Borrett.